A veces es difícil decidir hacia donde ir. Qué hacer. El camino a seguir. A fin de cuentas es mucho más fácil perderse que encontrarse. Es más fácil olvidar, cerrar los ojos y borrar de nuestra mente cualquier pensamiento. Dejarse llevar en el mar de silencio que rodea nuestra mente en esos momentos de serenidad que pocas veces tenemos, que tanto ansiamos y que solo duran un instante, tan corto que apenas lo notamos. Y cuando ese momento desaparece, nos quedamos con preguntas intactas, con respuestas inciertas y el mismo pensamiento. A veces es difícil decidir hacia donde ir. Qué hacer. El camino a seguir.
Pero no importa, porque siempre llegaremos a alguna parte, si caminamos lo bastante...