Y flotó. Durante un solo instante,
durante toda la eternidad. No le importaba. Ahora
pertenecía a ese lugar.
Hay muchos tipos de corazones. Corazones pequeños, corazones grandes, blandos o duros... hay corazones de hielo y corazones de hierro. Que ríen o lloran. Que aman y odian. Condenada a vivir con corazones que no comprenden el mío, aquí está. Mi corazón lleno de palabras no pronunciadas. Desnudo y sincero, como nunca nadie lo conocerá.
lunes, 25 de mayo de 2015
jueves, 21 de mayo de 2015
Confesiones.
Y aquí me hallo. En un autobús, camino a casa. De fondo suena una canción de Kiss, suerte la mía. Y me pregunto cuál es la sensación que no puedo describir. ¿Desidia quizá? No sé si quiero volver. No sé si quiero quedarme. Está siendo un buen año. A mi vida han llegado personas nuevas. Personas necesarias. Pero no solo eso, también he descubierto una sensación nueva. De pertenencia. De estar en el sitio adecuado. Como si ahí debiera estar desde siempre, como si fuera eso lo que buscaba. ¿Entonces... qué? ¿Realmente he encontrado mi lugar?
sábado, 16 de mayo de 2015
Caos.
Y ahora es el preciso instante en que
me da por llorar.
Y qué sé yo por qué.
Quizá me he hecho mayor,
quizá todo lo contrario.
Puede que esté enamorada, o que me haya
desenamorado del mundo.
Quien sabe. Este mundo es casi tan raro como
lo soy yo. Y tan duro, tan feo... Y hermoso.
No sé si llorar de
felicidad o de tristeza.
Llorar porque estoy viva, o porque en
realidad no vivo lo suficiente.
Porque soy feliz, o porque intento
convencerme a mí misma.
Porque no comprendo este mundo, o porque
este mundo no quiere comprenderme.
En el equilibrio está la
perfección. O eso dicen. Creo que comienzo a entenderlo. La forma en
que el desorden se convierte en mi orden perfecto. El modo en que
todo se desordena, el caos me invade, me despierta, me revive.
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