Casa. No me refiero al lugar donde vivimos. Es el lugar
donde nos refugiamos. Nuestro lugar. Puede ser un banco en un parque, unas
pequeñas escaleras en un lugar perdido, una azotea, incluso nuestra casa, o
algún lugar de ella. Puede ser cualquier sitio. El lugar hacia el que correr
cuando todo lo demás ha fallado. Es difícil darse cuenta de que no tienes casa,
no tienes refugio, no tienes tu lugar. Porque entonces, ¿hacia donde corres? ¿donde
vas? Perdido, te quedas donde estás, te expones, dejas que las balas te sigan
rozando, esperando el momento en que una de ellas impacte contra ti y te rompa
por completo.
Todo el mundo necesita un refugio.
Yo aún sigo buscando el mío.