Me siento como si toda mi vida hubiera contenido la
respiración. Como si aún lo hiciera. Me asfixio dentro de este mundo que no se
detiene, que no cesa a pesar de que yo permanezca quieta, esperando. Porque
todo sigue. La gente continúa con su vida después del invierno, que parece no
acabar jamás. El campo vuelve a florecer, los rayos de sol siguen calentando
con la misma fuerza. Todo gira, todo continúa. Pero aquí sigo yo, estancada,
sin poder escapar. Presa dentro de mi realidad. Quiero gritar, quiero
correr. Porque a nadie le importa realmente lo que nos pase. Todo sigue.
Siempre lo hace.
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